Escrito por Consejo Mundial de Iglesias | ||
Viernes, 02 de Diciembre de 2011 11:39
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para salvación a toda la humanidad.
(Tito 2:11, RVR1995)
Gracia y paz a todos ustedes en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. ¡Que la manifestación de la salvación misericordiosa del Dios trino ilumine nuestros corazones, mentes y espíritus en esta época de alegría!
Los relatos del Nuevo Testamento del adviento y la natividad de Jesús ponen de relieve el carácter universal del acontecimiento de Cristo. El texto bíblico dice, sin reservas, que la gracia de Dios se manifiesta a toda la humanidad, ofreciendo la promesa del perdón, la sanación y la reconciliación con Dios en el cielo y con nuestro prójimo en la tierra.
La gracia de Dios se ha manifestado en la persona de Jesucristo. Por el bien de los pastores marginados y de sus familias Jesús se manifiesta en su tierra natal, atrayendo la atención de ricos y poderosos sabios de tierras lejanas, y se revela a María y José como un don del misterio de Dios.
A través de estos testimonios fieles y de la proclamación de las buenas nuevas a lo largo de los siglos, Jesús se nos manifiesta y estamos llamados a responder a su presencia entre nosotros hoy.
En mayo de 2011, unas mil personas se reunieron en Jamaica en torno al tema “Gloria a Dios y Paz en la Tierra”, un tema que está en el centro del mensaje navideño y que fue el motor de la Convocatoria Ecuménica Internacional por la Paz (CEIP). Este canto de los ángeles que nos narra Lucas llamó nuestra atención sobre la necesidad de una paz justa para todos en el siglo XXI.
Orando por que la paz de Dios se manifieste a toda la humanidad, el mensaje de la CEIP afirma:
“Junto con copartícipes de otras creencias, hemos reconocido que la paz es un valor central de todas las religiones, y la promesa de paz se extiende a todas las personas, independientemente de tradiciones y compromisos. Mediante la intensificación del diálogo interreligioso procuramos llegar a una convergencia con todas las religiones del mundo en relación con estas cuestiones”.
Asimismo, hace la siguiente exhortación a los cristianos:
“Nosotros, en nuestra calidad de iglesias, tenemos la posibilidad, si osamos hacerlo, de enseñar la no violencia a los poderosos, porque somos seguidores de aquél que vino como un niño indefenso, murió en la Cruz, nos dijo que dejemos de lado nuestras espadas, nos enseñó a amar a nuestros enemigos, y resucitó de entre los muertos”.
¡Que la gracia y la paz de Dios se manifiesten a muchas más personas durante estas Navidades! En nombre del Consejo Mundial de Iglesias, les deseo lo mejor para el año que está por comenzar y oro por que Dios bendiga nuestro viaje juntos durante los próximos años.
Pastor Dr. Olav Fykse Tveit
Secretario general
Consejo Mundial de Iglesias
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